La diabetes es la enfermedad metabólica más importante asociada con
la vejez. Sin embargo, su tratamiento debe tener en cuenta no solo el nivel de
azúcar en sangre, sino también la salud general del paciente y su enfermedad
concomitante. Además, existe un mayor riesgo de diversas complicaciones en la
vejez.
La diabetes (diabetes mellitus) es una enfermedad en la que el
cuerpo eleva los niveles de azúcar en sangre (profesionalmente hiperglucemia).
La más común es la diabetes tipo 2, en cuyo desarrollo juega un papel
importante la denominada resistencia a la insulina, es decir, una condición en
la que el organismo no puede utilizar la insulina producida por el propio
organismo. Su incidencia aumenta con la edad, se estima que afecta hasta el 30%
de la población en edad de jubilación. Además, se espera que estas cifras
aumenten aún más ...
Adultos mayores y diabetes
La diabetes puede ocurrir a cualquier edad, pero tiene
características típicas en grupos de mayor edad. El envejecimiento está
asociado con una serie de cambios, las personas mayores a menudo padecen otras
enfermedades, por lo que el curso de la diabetes y sus manifestaciones pueden
ser diferentes en comparación con otras categorías de edad. Sin embargo, no es
posible observar solo la edad del calendario; no indica cuántos cuidados
necesita una persona mayor o si depende de su entorno.
El objetivo del tratamiento de la diabetes es el mismo para todos
los grupos de edad; estos son principalmente:
·
eliminación de los síntomas
clínicos de la enfermedad
·
mantener niveles óptimos de
azúcar en sangre
·
prevención de complicaciones
·
tratamiento de enfermedades
concomitantes
·
mejora general de la calidad de
vida
·
reducción de la mortalidad
Sin embargo, para grupos específicos de diabéticos, los objetivos
del tratamiento pueden ser menos estrictos (por ejemplo, se pueden tolerar
niveles más altos de azúcar en sangre en personas con alto riesgo
cardiovascular). El tratamiento de la diabetes debe ser siempre individual y
tener en cuenta las enfermedades que la acompañan, los factores de personalidad
del paciente anciano, su estado mental y sus condiciones sociales.
¿Qué implica exactamente el tratamiento de la diabetes para la
vejez?
Una de las medidas importantes en la diabetes es un cambio de estilo
de vida. Sin embargo, es más difícil para los pacientes mayores cambiar sus
hábitos de por vida. Por tanto, el tratamiento consta de las siguientes
medidas:
Actividad física: en este caso, siempre es necesario tener en cuenta
la salud general y las capacidades del paciente. La condición física se
adquiere más lentamente en la vejez, por el contrario, se pierde más
rápidamente. Suele ser recomendable consultar a un fisioterapeuta
especializado.
Medidas dietéticas: Debe basarse en los hábitos alimentarios de las
personas mayores y adaptar la dieta a sus enfermedades asociadas. También es
necesario tener en cuenta sus posibilidades sociales.
Reducción de peso: la medida está relacionada principalmente con los
cambios de estilo de vida mencionados anteriormente: actividad física y medidas
dietéticas.
Tratamiento farmacológico: Se hace hincapié en un tratamiento
individualizado y ajustado con sensibilidad. Las personas mayores suelen sufrir
más enfermedades a la vez. Sin embargo, los medicamentos que toman por este
motivo pueden interactuar. Al elegir el medicamento apropiado (ya sean tabletas
o inyecciones), el médico debe evaluar las enfermedades que lo acompañan
(incluido el estado de los riñones, el corazón o el hígado) y el riesgo de su
interacción. En el caso de las inyecciones de insulina, también es necesario
pensar si el anciano podrá inyectarse por sí mismo o si tiene un entorno social
que se lo permita.
La diabetes no se trata solo de azúcar
En el tratamiento de la diabetes, la llamada compensación de la
hiperglucemia no es suficiente, es necesario tratar las enfermedades que la acompañan,
como la hipertensión arterial, la hiperglucemia (dislipidemia) o la obesidad.
El término "síndrome metabólico" se utiliza a menudo en relación con
estas enfermedades. La incidencia de estas enfermedades en la población aumenta
significativamente con la edad. Las complicaciones agudas o a largo plazo de la
diabetes son un capítulo aparte:
Nivel de azúcar en sangre demasiado bajo (hipoglucemia): esta es una
de las complicaciones agudas más comunes del tratamiento de la diabetes. Sin
embargo, en los ancianos, puede ser asintomático o mal diagnosticado (por
ejemplo, puede ser una causa de confusión nocturna, a veces parecida a un
accidente cerebrovascular).
Trastornos oculares: la diabetes puede provocar varios tipos de
discapacidad visual en combinación con la vejez. Los diabéticos corren un
riesgo particular de sufrir cataratas y la llamada retinopatía, un trastorno de
la retina típico de la diabetes. Cada una de estas enfermedades puede provocar
un empeoramiento o incluso la pérdida de la visión.
Daño de las encías: el cuerpo de un diabético tiene un sistema
inmunológico más deficiente y, por lo tanto, las encías y los tejidos
circundantes tienen un mayor riesgo de infección. Para mantener sus dientes el
mayor tiempo posible, debe cuidarlos con regularidad.
El riesgo de caídas (visión, equilibrio y función nerviosa) puede
verse afectado por la diabetes y, junto con la edad avanzada, puede provocar
caídas frecuentes.
Influir en la vida sexual: la diabetes afecta los vasos sanguíneos y
los nervios asociados con los genitales. Por tanto, puede afectar el curso de
las relaciones sexuales, en los hombres, entre otras cosas, debido a la llamada
disfunción eréctil.
Defensas deterioradas: la disminución de la capacidad para combatir
infecciones puede provocar infecciones más graves. Por tanto, se debe
considerar la vacunación en los diabéticos de edad avanzada.
Pie diabético: los pies del diabético deben cuidarse especialmente.
En caso de heridas, su curación puede resultar bastante complicada. Por tanto,
es adecuado para el cuidado de la piel y las uñas y el tratamiento de pequeñas
heridas.
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